Quizá te debía un perdón. No sé. Lo cierto es que te sentí triste, aquella mañana. Tu sonrisa era mediana. Tus labios dibujaban, sin querer, penas ocultas. No quise preguntar, no fuera que me abofetearas con mentiras. Simplemente te vi pasar. Te miré y marchaste.
Mi mente está en continuo movimiento. Me rondan ideas, a veces sin sentido. Otras veces me visita la amiga inspiración, y entonces incluso soy capaz de crear una poesía, o un texto bonito.
Comentarios
Publicar un comentario