Me estremezco, de nuevo,
ante el tacto
del bufido del tiempo feroz.
Su avanzar imparable
me angustia,
y al gritar ya no sale mi
voz.
Y no entiendo,
el por qué de su prisa,
ni el ataque a mi vil
transitar.
Se aproxima el final,
y ni quiero ni me interesa
ser su cómplice,
de este absurdo anticipo
fugaz.
Y me voy alejando, o lo
intento,
de sus fauces, y por mas
que lo intento, me alcanza.
Es inútil parar!
Él me sigue de cerca,
me susurra,
que ya viene...
Y le grito,
y le insulto, y de ira
me retuerzo.
Y de nada sirve.
Es inútil luchar.
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